Podemos decir que la tecnología
aplica los conocimientos de la ciencia para obtener productos que influyen en
la vida de las personas; por ejemplo, los tractores, las máquinas de escribir o
coser, el telégrafo, las computadoras, entre otros.
Debe subrayarse que algunos
desarrollos de la tecnología han permitido que la ciencia avance. La tecnología
ha aportado instrumentos como el telescopio y el microscopio que facilitan y
mejoran el proceso de observación propio de la ciencia. Es por ello que podemos
decir que entre la ciencia y la tecnología existe una relación de mutuo apoyo.
Algunos descubrimientos
científicos han sido utilizados en beneficio de toda la humanidad, pero otros
no, y para muestra tenemos el uso de la energía atómica en actividades bélicas.
En 1915, Albert Einstein físico estadounidense de origen alemán, formulo la
teoría de la relatividad generalizadora. Como se demostró, los átomos son la
fuente de toda energía concentrada en el universo. Pero con base en estos
conocimientos otros científicos lograron desintegrar el núcleo del átomo de
uranio y producir armas tan destructoras como las bombas atómicas arrojadas en
Japón sobre Hiroshima y Nagasaki durante la segunda guerra mundial.
No es posible el desarrollo
tecnológico sin el avance en los conocimientos científico, así como tampoco es
posible hacer ciencia sin el aporte de los equipos y sistemas necesarios para
la investigación. La relación es de complementariedad. En el mundo
contemporáneo, ciencia y tecnología están ligadas por una relación de
interdependencia muy grande, pero las actividades vinculadas a una y a otra son
sustancialmente diferentes y complementarias entre sí.
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